El Haval M4 nos encantó desde el primer día y también tuvimos la primera anécdota, hicimos un pare y luego no arrancaba y recién lo traíamos de Ambacar. Mi esposo lo prendía en neutro llamamos al asesor y no entendíamos porqué no se prendía pisando el embrague. De allí hermosos viajes seguros por Costa y Sierra. Pero por circunstancias ajenas a nuestra voluntad ahora necesitamos uno más grande.
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